Propuesta Dr. Carlos Araya Leandro
La Universidad de Costa Rica requiere urgentemente de claridad con respecto a las acciones por desarrollar para el fiel cumplimiento de su misión constitucional, de la cual se derivan sus actividades sustantivas. Las personas que lideran la gestión académica y administrativa de la Institución (Rectoría y vicerrectorías) son las llamadas, en primer lugar, a involucrar a cada persona de la comunidad en esa visión de Universidad. Para ello, es fundamental el conocimiento del quehacer institucional, la reflexión y la autocrítica, y sobre todo, es necesaria una amplia participación de los diferentes sectores que conforman la comunidad universitaria.
Un amplio grupo de personas iniciamos un proceso de construcción colectiva de esa visión de universidad a la que aspiramos y que el país requiere para las próximas décadas.
Es común que las propuestas de trabajo que se presentan al electorado en procesos de elección de autoridades universitarias tengan un carácter general que impide a la comunidad universitaria y nacional realizar una valoración objetiva del cumplimiento de las promesas realizadas en la campaña política. Este no es el caso, tenemos el convencimiento de que la Universidad de Costa Rica requiere realizar cambios y ajustes en su gestión académica y administrativa. Esto le permitirá superar barreras que han venido a entrabar fundamentalmente el desarrollo de su acción sustantiva y la han llevado a ceder espacios importantes en el liderazgo institucional que le corresponde asumir en la sociedad costarricense y en la defensa del estado social de derecho. Por ello, tomamos la decisión de construir una propuesta de trabajo novedosa, que necesariamente se debe constituir una herramienta valiosa para lo que será la nueva visión de gestión académica y administrativa, que le permita a la Universidad de Costa Rica retomar el rumbo y el liderazgo, de forma que facilite el desarrollo de la investigación, la docencia, la acción social y la vida estudiantil.
Este proceso de reflexión nos llevó a definir los cuatro pilares bajo los que se sustentará la administración universitaria en los próximos años, a saber: el diálogo, la proximidad, la flexibilidad y el humanismo. Requerimos de autoridades universitarias capaces de dialogar de forma constante, franca, transparente y pertinente con los diferentes sectores de la comunidad universitaria y de la sociedad costarricense en general.
Por otra parte, es fundamental contar con una Rectoría próxima al estudiantado, a las sedes regionales, a las unidades académicas y de investigación y al sector administrativo. Esa cercanía, de manera empática, debe producir un conocimiento detallado de su potencial, de sus capacidades y de los requerimientos de cada sector de la comunidad universitaria. Este conocimiento será la base sobre la cual la gestión institucional se convertirá en un facilitador del desarrollo de la actividad sustantiva.
Otra característica básica de la futura administración universitaria será la flexibilidad. Parte importante del incremento en la burocracia institucional, que cada vez consume mayor atención y tiempo de todos los sectores, se debe al exceso de normativización, pero sobre todo a la inflexibilidad de las personas responsables de la toma de decisiones a la hora de aplicar las diferentes normas. Es común que se parta del supuesto de que la norma es un fin en sí mismo, cuando la realidad es que se trata de una vía que debería regular y facilitar la acción sustantiva institucional.
En tiempos donde escasea la tolerancia a disentir, donde la propensión a judicializar cualquier diferencia es mayor, en los que la comunicación empática se echa de menos y los problemas de salud mental se intensifican en el estudiantado y el personal docente y administrativo, se vuelve trascendental que el humanismo sea el centro de la gestión institucional. Para ello se deben establecer y promover la inclusión, el respeto, la empatía, la ética, la equidad, el bienestar integral y la comunicación asertiva, así como la promoción de la resolución alterna de conflictos como mecanismo idóneo para dilucidar las diferencias.
Definimos dos proyectos desde la rectoría y doce ejes sobre los cuales se sustenta la propuesta de trabajo. Como se detalla en el documento, para cada eje de trabajo se definieron ámbitos generales, para cada uno de estos se establecen objetivos y para cada uno de los objetivos se definen diversas medidas. El propósito de este amplio nivel de detalle es que la propuesta de trabajo se convierta en la herramienta de gestión que se utilizará en la futura administración universitaria. Esta también servirá como mecanismo de rendición de cuentas a la comunidad universitaria y nacional. A diferencia de otras propuestas, la nuestra puede ser valorada y medida en su cumplimiento por las personas electoras y por la comunidad en general.
Es importante destacar que la propuesta que presentamos representa de forma efectiva el producto de un trabajo colectivo. En total, participamos más de 160 personas provenientes de todos los sectores y de todas las sedes que conforman la comunidad universitaria. En una primera fase, constituimos grupos para cada uno de los ejes definidos. El grupo más pequeño estuvo integrado por seis personas y el más grande estuvo conformado por doce personas. Una vez finalizadas las propuestas, fueron remitidas a diferentes personas de nuestra comunidad académica, que no participaron del proceso inicial, con el fin de revisarlas y enriquecerlas.
Les invitamos a conocer, a través de la lectura de este documento, la universidad a la que aspiramos, la universidad que SÍ queremos.